Unión, sacrificio, ilusión, diversión y desconexión.

el sitio idóneo para poder vivir y disfrutar del verdadero fútbol sala.

Mi segunda casa, una gran familia.

Pasión, amistad, disciplina. Pero sobre todo es una fábrica de valores humanos para después llevártelos a tu propia vida.

Mi segunda familia y vamos a intentar ganar de nuevo la liga.

Un equipo que llevo dentro, son ya tantos años.

Mi sangre, mi vida, mis hijos, mis niños, mis equipos, volver a levantarnos, no ponernos metas, mi casa y mi familia.

Mi casa desde el minuto uno en que llegue, me hicieron sentir junto a mi hijo esa sensación.

Sentimiento que nunca se podrá explicar con palabras.

Para mi es ilusión y familia en MAYÚSCULAS.

Corazón simple y llanamente.

Significa mi vida, donde están mis mejores amigos, mis hijos y un sentimiento indescriptible.

La gran familia del fútbol sala.

Como padre el complemento para la educación de mi hijo, trabajo, raza, disciplina, humildad, sacrificio y tal vez aprenda a jugar al fútbol sala. Como aficionado, no acabaría nunca de explicarlo.

Una pasión, un sentimiento y una forma de disfrutar el buen fútbol sala.

Compromiso, familia, sacrificio y oportunidad de conocer y enseñar a niños.

Desde años mi segunda casa, donde he visto crecer a mis hijos en lo deportivo como en lo personal, donde cada año encuentro nuevos amigos vengan de donde vengan.

Una larga semana hasta el sábado, con la victoria felicidad, adrenalina, pasión, ilusión, sueños. Con la derrota, rabia, tristeza, levantarse, somos los mejores, volver a ganar, más ilusión, amigos, compañeros, familia, siempre y solo Móstoles.

Teléfono día y noche, fichajes, el presi, Jorge, Tino, alegrías, llantos, tensión, familia faltaría más, videos de madrugada, conversaciones en el coche, en casa, de vacaciones. En definitiva un sentimiento que compartimos todos en casa y que solo conocemos los que formamos parte de este club.

Un claro ejemplo de unión, sacrificio y lucha constante, pero sobretodo de gran familia.